¿Qué es Coaching?
El Coaching es un Viaje. Con mayúscula. Desde el punto en el que te encuentras hasta el lugar en el que desearías estar.
¿Qué te limita?
¿Cuál es tu verdadero potencial?
¿Cómo te comportas ante los obstáculos de la vida?
Te suenan estas preguntas… ¿verdad?
En realidad, todos los que en algún momento hemos querido evolucionar, con toda la profundidad de la palabra evolución, nos hemos hecho estas y otras preguntas.
Mi definición de Coaching sería el arte de leer el alma del cliente para ser su linterna y mostrarle todo lo que sabe, pero que no sabe que sabe.
Es un proceso de aprendizaje, donde el Coach acompaña al cliente para que descubra las soluciones que están dentro de él y que serán las más válidas para él.
El Coaching no es intrusivo, sólo acompaña. No aconseja, sólo cuestiona. Quien realiza un proceso de Coaching aprende a mejorarse a sí mismo. Esta es la verdadera esencia, la verdadera magia del Coaching.
El Coach es como el faro que guía al barco al puerto. No lo transporta, sólo lo guía.
Esa es la función del Coach, alumbrar las zonas oscuras del cliente para que bucee en su interior y encuentre las soluciones óptimas para él. Por este motivo, el Coaching provoca un aprendizaje duradero.
El Coaching funciona porque al cliente no se le aportan soluciones, sino que él las encuentra en su interior y en función de su experiencia y conocimiento. La solución que es buena para mí, no tiene por qué serlo para ti. Tú obtendrás tu solución que será válida para ti, con la que te encontrarás con comodidad y la que llevarás a cabo de manera adecuada.
Un proceso de Coaching funciona, porque nadie te dice qué hacer, sino que lo eliges tú.
Inteligencia Emocional & Coaching
La Inteligencia Emocional y el Coaching están íntimamente relacionados.
La Inteligencia Emocional es una de las habilidades más demandadas. Sólo aquellos líderes emocionalmente inteligentes, lograrán conducir a sus equipos hacia el éxito profesional.
La Inteligencia Emocional favorece los entornos de trabajo saludables. El bienestar de las personas tiene un objetivo claro: conseguir que la persona dé lo mejor de si mismo. Y sólo lo hará si siente bienestar en su entorno laboral.
Las organizaciones emocionalmente inteligentes obtienen mayores niveles de rentabilidad.
El objetivo de estas empresas no es el dinero en si mismo. El objetivo son las personas, que se encuentren a gusto y que disfruten con su trabajo. Que derrochen pasión y creatividad. Que sonrían y se sientan bien. Porque sintiéndose así desarrollarán lo mejor posible su trabajo, generando rentabilidad personal y para la empresa.
En la época actual conviven diferentes generaciones en las empresas. Diferentes generaciones con diferentes motivaciones. La Inteligencia Emocional es fundamental para poder atender a las motivaciones de estas diferentes generaciones.
Un líder sin Inteligencia Emocional es como un conductor sin GPS.