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23 Oct 2013
comunicación

La comunicación crea y soluciona conflictos

Es curioso que la comunicación, que es la capacidad que nos diferencia a los humanos del resto de los seres vivos, sea el mayor generador de conflictos en nuestra civilización.

En la actualidad se puede decir que la mayor parte de los conflictos que se producen en las familias, colegios, empresas u otras organizaciones, se provocan por defectos en nuestra comunicación.

Pensémoslo por un momento…

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¿Qué aspectos de la comunicación pueden provocar un conflicto?

Mi desarrollo profesional me permite observar los conflictos que se generan en las organizaciones y mediar para resolverlos.

Asimismo, mi experiencia vital me ha ido demostrando progresivamente que los conflictos generados con mi familia, amigos, etc., se podrían haber evitado con una buena comunicación.

Agrupo en cinco grandes bloques estas causas:

1.- Planos diferentes de comunicación.

Cuando dos personas están tratando un asunto en dos planos diferentes de comunicación (yo hablo de actitudes y tú de emociones, yo hablo de realizarme profesionalmente y tú de sobrevivir…), el entendimiento es complicado y llega a generar conflictos.

En este caso, si observamos que el desentendimiento procede de un plano diferente de comunicación con la otra persona, hemos de intentar adaptarnos a su plano y, desde ahí, podremos construir una rica conversación.

2.- Formas inadecuadas para comunicar algo.

Esta causa es una de las más recurrentes. Recordemos aquella frase de… «No, si tenía razón en lo que me estaba diciendo, pero es que me lo dijo de una forma… que me enfadé».

¿Os suena? Yo creo que a todos… ¿Cuántas veces nos ha sentado mal algo, no por el contenido, sino por la forma?

Por tanto, seamos muy cuidadosos con las formas, incluso con aquellas personas con las que tenemos mucha confianza.

3.- Contenido erróneo del mensaje.

Esto ocurre cuando queríamos decir una cosa (y de hecho lo pensábamos así) y expresamos otra totalmente diferente. Aquí se produce una incoherencia entre la comunicación verbal y la no verbal que puede llegar a provocar conflicto, simplemente, porque no nos creemos al otro.

En otras ocasiones, nos permitimos valorar y enjuiciar las actitudes o pensamientos ajenos. En los conflictos, a menor objetividad, mayor facilidad para que se genere uno.

4.- Momento equivocado para la comunicación.

Por esta causa hemos debido caminar todos. Es cuando dices algo y, de repente, te das cuenta de que has metido la pata hasta el fondo. Upssss… es lo que nos suele salir…

Si es algo sin importancia, no suele ocurrir nada. El conflicto aparece cuando es algo importante o repetido.

Por tanto, hemos de ser cuidadosos a la hora de comentar cualquier cosa.

5.- Rumorología.

Esta causa, en las empresas, puede llegar a convertirse en un cáncer.

Y en las familias y amigos puede llegar a provocar profundos conflictos.

Yo, para esta causa, tengo una máxima: «De lo que te digan, nada y de lo que veas, la mitad». De esta manera, siendo prudente, nos evitaremos muchos conflictos.

Hasta aquí las causas… La buena noticia es que también existen habilidades relacionadas con la comunicación para evitar o resolver los conflictos.

Habilidades de comunicación para evitar o resolver el conflicto…

El punto de partida va a centrarse en una adecuada gestión emocional.

La gestión de la emoción que nos provoca una palabra errónea, en un momento equivocado y proveniente de la persona menos esperada, es en lo que primero tenemos que trabajar. Hemos de preguntarnos qué estamos sintiendo y qué lo ha provocado. Hemos de gestionar la emoción para que no perturbe nuestra comunicación posterior y, cuando ya estamos más tranquilos, entonces es el momento de hablar o de resolver el conflicto, si este ya se ha provocado.

Una vez gestionada la emoción inicial, tres sencillos pasos nos llevarán a la resolución de cualquier conflicto:

1.- Escuchar.

La escucha es imprescindible para tratar de entender. La empatía nace de la escucha, de la capacidad de entender cómo se siente el otro.

Escuchar nos permitirá conocer su mapa y, desde ese conocimiento, actuaremos mejor.

2.- Ser objetivo.

La objetividad se fundamenta en el lenguaje descriptivo. Para ser objetivos, apartamos nuestros valores, creencias o sentimientos y, de esta manera, podemos ser más asépticos y, sobre todo, evitaremos juzgar o valorar las acciones o pensamientos del otro.

Con la objetividad podemos evitar y subsanar muchos conflictos.

3.- Ser asertivo.

La asertividad es la habilidad de comunicación más importante en la resolución de un conflicto.

La asertividad es mi camino para expresar lo que yo siento, mi malestar, lo que yo necesito y lo que yo opino sin parecer ni pasivo, ni agresivo.

La asertividad me permite expresarme con claridad y nitidez. Y, además, la asertividad me exige respetar el punto de vista del otro.

La asertividad es la habilidad que me va a permitir solucionar el conflicto de manera positiva para todas las partes: respetando a los demás y haciendo respetar mi punto de vista.

Ahora ya tienes las claves… ¿Por dónde quieres empezar?

admin

Mis valores son la flexibilidad, el respeto y la comunicación. Consultora, Formadora y Coach en coaching organizacional, desarrollo de habilidades de dirección y comunicación interpersonal y organizacional. Me entusiasma acompañar en las transformaciones de las personas y las organizaciones a través de la consultoría y la formación.