Un mundo de ¿oportunidades?

¿Existe en estos momentos un mundo de oportunidades?

Yo quiero creer que sí, aunque reconozco que es complicado tras lo ocurrido en Valencia en los últimos días, sobre todo ayer 20 de febrero de 2012.

Decía Víctor Hugo que «no hay nada más potente que una idea que todavía no ha llegado».

A esta cita hace alusión Mario Alonso Puig en su último libro «Ahora YO».

Y Mario también añade:

«Ninguno de nosotros puede avanzar demasiado en la vida si lo acompañan esas conversaciones interiores que lo único que producen es desasosiego y desaliento. No podemos despegar hacia una nueva tierra de oportunidad si no eliminamos tan pesado lastre. Por eso, si nos sentimos hundidos, ha llegado el momento de levantarse y de dar un paso adelante. Ha llegado el momento de dejar de seguir hablando de problemas y empezar a hablar de oportunidades. Ha llegado el momento de dejar de sentirse como una víctima incapaz de hacer frente a las circunstancias y empezar a tomar responsabilidad sobre nuestra propia vida. Ha llegado el momento de dejar de darle vueltas y más vueltas a lo que está mal y empezar a enfocarnos y a trabajar en crear aquello que puede abrirnos nuevos horizontes en la vida. Tenemos que salir, de una vez por todas, si hemos caído en ello, del pozo de la frustración, de la impotencia y de la desesperanza. Cuando una persona queda esclavizada por estas emociones aflictivas no puede ver la luz, sencillamente porque sólo mira a la oscuridad.
Qué distinta experiencia se tiene cuando se mira al suelo o a las estrellas. Todos necesitamos encontrar referencias que para nosotros tengan verdadero sentido y que nos llenen de ilusión nuestro día a día.»

Y yo añado a esto que han llegado momentos en los que tenemos que ser solidarios y recuperar nuestros valores fundamentales y ser capaces de ayudar al que tenemos al lado en lugar de pisarle el callo.

Esta mañana, desolada por los acontecimientos que se han producido en Valencia, tenía conversaciones con amigos a través de esa maravillosa herramienta de comunicación de la que nos ha dotado Facebook. Una de las conversaciones eran con una amiga que hace unas semanas nos invitó a participar en su iniciativa de «Día a día… alegría» para intentar convivir de una manera más alegre con el pesimismo generalizado mientras aprendíamos a valorar las cosas verdaderas, las cosas auténticas y agradables que nos acontecen día a día y que no requieren de dinero. Una inicativa que muchos hemos apoyado con agrado.

Ante la desolación generalizada de esta mañana, hablaba con ella de la diferencia entre los Macromundos y los Micromundos en los que nos movemos. En los Macromundos no parece haber oportunidades, somos carne de cañón de los famosos «Mercados». Si nuestros pensamientos diarios se dirigen a los Macromundos, acabaremos instalados en esa aflicción de la que Mario habla.

Por el contrario, si nos centramos en nuestros Micromundos (sin perder de vista lo macro, por supuesto, pero restándole importancia), encontraremos muchas más oportunidades, muchos más motivos para participar en esa iniciativa propuesta por Felisa de «Día a día… alegría». Y estoy absolutamente convencida de que muchos Micromundos unidos en los que hay apoyo, sonrisas, solidaridad cuando se hace necesaria y honestidad pueden cambiar el mundo.

Si todos hablamos desde el respeto (ayer me dio otra lección de ello mi querido DJ Juanjo Martín) y trabajamos con humildad para construir un mundo mejor sin perder la opción a expresarnos libremente y a ser escuchados, estoy convencida de que, poco a poco, las cosas comenzarán a cambiar.

Asi que os propongo que en todos los muros, en todos los time line surjan iniciativas como la de Felisa («Día a día… alegría») con las que podamos encontrar, para nosotros mismos y para otros que nos rodean y que lo están pasando mal, esas oportunidades que nos ayudarán a cambiar este mundo.

Os invito a que paséis ya a la acción!!

Después de escribir esto, me marcho a hacer ejercicio y oxigenar mi cuerpo y mi cerebro… que es GRATIS!!

Carolina Hernández