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07 May 2014
dar el salto y abandonar el miedo - google images

Dar el salto y abandonar el miedo…

Si prefieres escuchar el podcast del programa en COPE Alicante, puedes hacerlo desde aquí, a partir del minuto

Hoy vamos a plantarle cara a una cuestión a la que muchos miran de reojo: el Miedo.

¿De dónde procede el miedo?

Podríamos decir que existen dos tipos de miedo…

Por un lado, existe el miedo común, aquel que poseemos todas las personas de manera innata.

Y, por otro, el miedo que generamos nosotros a lo largo de nuestra vida. Yo lo llamo estrés anticipatorio. Es aquello que nos preocupa, pero que es más producto de nuestra imaginación que una realidad. Descartes lo definió muy bien: “Mi vida ha estado llega de desgracias, las cuales no llegaron a suceder jamás”.

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Este segundo miedo tiene diferentes procedencias cuando se instala en nosotros. Puede proceder cualquier situación traumática cuando éramos niños, algo que nos creó un trauma, en mayor o menor grado, y que todavía no hemos solucionado y sigue funcionando en nuestro interior, de manera inconsciente… Lo que yo llamo estrés anticipatorio es una actitud a temer que ocurran cosas que nunca llegan a suceder. Si no actuamos, podemos llegar a crear como un hábito esa sensación permanente de miedo que no es nada buena, ni para nuestra mente, ni para nuestro cuerpo…

Entonces… ¿qué es el miedo realmente?

El miedo es una emoción. Es una emoción universal. Una de las emociones básicas que tenemos los seres humanos, con las que nacemos los seres humanos. Y una emoción que nadie pueda decir que no haya experimentado alguna vez en su vida.

El miedo es una emoción dolorosa que hace su aparición ante la proximidad de un peligro real o imaginario. Es un instinto común a todos los seres humanos.

El miedo común viene controlado directamente desde la amígdala. Es una de las primeras reacciones que provocó el cerebro reptiliano y nos acompaña, evolutivamente, desde entonces.

El miedo que genera nuestra mente funciona más en el nivel límbico del cerebro, en el denominado cerebro emocional. Es un miedo basado en las proyecciones de nuestro cerebro. Proyecciones que, normalmente, pretenden determinar nuestro futuro y que, en realidad, nunca llegan a suceder.

¿Cuál es la utilidad del miedo?

El miedo común es positivo porque nos protege. Cataliza una serie de reacciones fisiológicas y conductuales en cadena que conducen, de manera inmediata, a un estado de activación de todos nuestros sistemas y que nos preparan para afrontar cualquier peligro o, por el contrario, para huir de él. El miedo pone en acción a nuestro sistema de lucha o de huída. Todas las respuestas fisiológicas desencadenadas por el miedo son de una grandísima utilidad cuando el peligro es real y debemos reaccionar con rapidez. Contar con esta emoción fue muy adaptativo para nuestros antepasados y fue clave para nuestra supervivencia, para nuestra evolución como especie.

En lo que respecta al cerebro, la sensación de miedo envía determinadas señales a nuestro cerebro para que éste segregue la suficiente adrenalina para producir ese movimiento de lucha o huída que he comentado antes.

Sin embargo, el miedo que genera nuestro cerebro tiene mucho que ver con la falta de seguridad en uno mismo. Esta clase de miedo no nos sirve para mucho y es el que conviene trabajar, el que es mejor gestionar para que no nos afecte negativamente en nuestra vida.

¿Qué cosas nos producen miedo?

El miedo común está producido por las situaciones reales de peligro.

El miedo imaginado proviene de muchas fuentes…

El mayor miedo que tenemos los seres humanos es el miedo a la muerte. Después de plantearse este momento, cualquier cosa puede relativizarse, ¿no es verdad?

No obstante, podríamos decir que hay miedos que todo el mundo ha sentido alguna vez: al dolor o la enfermedad, a la guerra o la destrucción, al vacío o la nada, a los cambios o lo desconocido, a algún animal, a cometer errores o a tomar una decisión equivocada, a no estar a la altura o al fracaso….

Algunos tienen miedo al éxito también.

Cuando éramos niños teníamos miedo… al lobo de los cuentos, al coco, al diablo, a la oscuridad, a las tormentas…

Y también tenemos miedo de adultos…. al compromiso, a la separación, a perder el trabajo (algo que ha generado y genera miedo en nuestra sociedad actual) a envejecer, al deterioro, a la soledad…

Nos pasamos toda la vida teniendo miedo y mi pregunta es… ¿para qué?

¿Cuándo podemos decir que el miedo nos paraliza?

El miedo nos paraliza cuando el mecanismo para el que está “diseñado” se pone en marcha a destiempo. En este momento nos sentimos bloqueados, con insomnio o con estrés y, en casos más extremos, se pueden llegar a producir ataques de pánico y enfermedades.

El miedo nos puede paralizar cuando:

  • Bloquea nuestra capacidad de progresar, de avanzar, de evolucionar.
  • Nos provoca ira e, incluso, violencia.
  • Dificulta nuestra creatividad, la bloquea.
  • No nos permite conseguir los objetivos que nos proponemos.
  • Sentimos pánico escénico. El pánico escénico te paraliza cuando hay que hacer cualquier tipo de exposición en público.
  • Está tan arraigado en nosotros que puede llegar a generar una enfermedad.

¿Cómo podemos gestionar el miedo?

Propongo, aquí, cinco claves para gestionar el miedo.

En primer lugar, es fundamental tomar consciencia de él, no evitarlo y sí mirarlo.
Y también tomar consciencia de que la mayoría de los miedos que sentimos en nuestra sociedad actual son más proyecciones de nuestra mente que un miedo real. Los mecanismos para los que el miedo existe, ya no están tan presentes en nuestra sociedad actual.

Concentrarnos en la respiración y respirar profundo es otra clave para gestionar nuestros miedos, puesto que al respirar profundamente el oxígeno llega a todas las células de nuestro cuerpo y calma nuestros estados de angustia y ansiedad.

También podemos hacer uso del humor. La risa provoca la segregación de endocrinas y nos aleja de las sensaciones de miedo.

Respondernos a las preguntas: ¿qué pasaría si no tuviera este miedo? ¿cómo sería mi vida sin este miedo?

Buscar su causa. Tras la toma de consciencia, tanto del entorno en que vivimos, como de la existencia y presencia de nuestros miedos, podemos mirar hacia ellos, analizarlos y descubrir cuál es su causa, su raíz… Desde esa toma de consciencia estaremos cerca de poner fin a ese miedo. Y una vez analizado, se puede canalizar en una dirección útil y positiva.

Y siempre hay que tener en cuenta que si el miedo permanece mucho tiempo junto a nosotros, puede llegar a producir algún tipo de enfermedad, de patología. Y si el miedo ha producido una fobia o algo similar, lo más recomendable es buscar ayuda especializada y pasar a la acción para tratarla..

Como conclusión…

El miedo innato es positivo para nosotros porque nos protege. El miedo que procede de nuestro cerebro es el que podemos gestionar y modificar para que no afecte negativamente en nuestras vidas. Aprender a gestionar nuestros miedos nos permite evolucionar y estar más tranquilos en nuestro día a día.

Y tú… ¿cómo gestionas tus miedos?

admin

Mis valores son la flexibilidad, el respeto y la comunicación. Consultora, Formadora y Coach en coaching organizacional, desarrollo de habilidades de dirección y comunicación interpersonal y organizacional. Me entusiasma acompañar en las transformaciones de las personas y las organizaciones a través de la consultoría y la formación.

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