Gestión del tiempo: cómo organizarse mejor.
Ya sea por cuestiones profesionales o personales, siempre nos quejamos de lo mismo: nos falta tiempo. La frase ‘no tengo tiempo’ nos acecha interiormente y también en nuestro entorno. Pero, ¿realmente no tenemos tiempo o son excusas de nuestro cerebro?
Si lo pensamos bien, todos tenemos 24 horas al día para hacer cosas… ¿Por qué en el mismo tiempo unos hacen mucho y otros hacen muy poco?
Cuando imparto cursos sobre gestión del tiempo a directivos y empleados en las empresas, siempre les sorprende cuando les digo que ‘el tiempo es un recurso, que es el mismo recurso para todos y que hay que saber utilizarlo’. Les sorprende porque les invito a tomar consciencia de que el tiempo es el recurso vida.
El tiempo es vida…
Y cuando malgastamos el tiempo, estamos malgastando nuestra vida… Esto no quiere decir que no existan momentos en la vida para hacer NADA. Esto quiere decir que cuando perdemos tiempo en quejarnos o en hacer aquello que no nos gusta hacer, lo que estamos perdiendo es vida.
Tampoco quiere decir que dejemos de ser pragmáticos, ya que en la vida hay cosas que debemos hacer, pero… ¿no nos cargamos con cosas que no deberíamos hacer aludiendo a un falso deber que nos imponemos nosotros? Cada vez que nos cargamos cosas que no nos corresponden estamos mal utilizando el recurso vida.
¿Cómo cambiamos las cosas?
Propongo cinco cuestiones a las que prestar atención en los próximos días.
1.- Tomar consciencia de nuestros hábitos.
Si queremos organizarnos mejor y gestionar mejor nuestro tiempo, lo primero que podemos hacer es observar cómo nos comportamos, qué hábitos tenemos que nos llevan a realizar una mala y una buena gestión de nuestro tiempo.
Los que nos ayudan a optimizar nuestro tiempo, los mantendremos. Y los que nos hacen perder tiempo, los empezaremos a mantener a raya para cambiarlos.
Existen muchas herramientas que nos pueden ayudar a gestionar mejor nuestro tiempo, pero si no vamos al estadio 0.0 y analizamos cuáles son nuestros hábitos sobre el tiempo, las herramientas no mejorarán nuestra gestión.
Cambiar un hábito no es una tarea fácil porque el cerebro se resiste a ello. Nuestra habilidad ‘perseverancia’ nos ayudará a cambiar ese hábito.
Por tanto, el primer paso es tomar consciencia de lo que hacemos, establecer (mentalmente) cómo queremos cambiarlo y perseverar en el nuevo hábito para conseguirlo.
2.- Priorizar…
Otra cosa que podemos hacer es decidir qué es importante y qué no lo es tanto y dejar de decirse a uno mismo ‘no tengo tiempo’.
Cuando alguien nos propone algo y le decimos ‘no tengo tiempo’ lo que estamos haciendo es priorizar otras cosas por delante de esa propuesta.
Cuando proponemos algo a alguien y nos dice ‘no tengo tiempo’, lo que hace es priorizar otras cosas por delante de nuestra propuesta.
No es una cuestión de tener o no tener tiempo. Es una cuestión de en qué priorizamos nuestro tiempo. Y si priorizamos bien, haremos todo aquello importante que nos propongamos y si priorizamos mal se nos escapará el tiempo como arena entre las manos.
3.- Definir buenos objetivos…
Trato con mucha gente al cabo de la semana y me doy cuenta de que a las personas nos cuesta definir objetivos. Lo que hacemos es expresar ideas. O incluso sueños si la idea nos ilusiona especialmente.
Pero nos cuesta ponerle fecha de caducidad a las cosas. Nos cuesta definir los recursos que vamos a necesitar para conseguir lo que nos proponemos. Nos cuesta planificar las etapas de ese logro.
Y si sólo nos planteamos ideas, lo más normal es que no consigamos desarrollarlas.
Un objetivo es un sueño con fecha de caducidad al que dotamos de los recursos adecuados para poderlo llevar a cabo y al que le damos el tiempo suficiente (etapas) para poder conseguirlo.
Si comenzamos a pensar en los objetivos de esa manera, descubriremos que nos resulta mucho más fácil conseguirlos.
4.- La multitarea es un gran malversador de tiempo…
Pensamos que vivimos en una época en la que estamos obligados a hacer diferentes cosas a la vez. Y pensamos que si no somos multitarea nos estamos perdiendo algo o nos estamos quedando desfasados.
Actualmente, ya podemos decir que la multitarea es un gran malversador de tiempo.
El cerebro necesita estar enfocado para conseguir su máxima eficiencia. Cambiar constantemente de tarea (ahora mail, ahora whatsapp, ahora me concentro…) nos dispersa de nuestros objetivos diarios.
Primero una cosa y después otra. La concentración en una tarea para luego pasar a otra y enfocarse totalmente en ella, nos permitirá optimizar muchísimo mejor nuestro tiempo.
5.- Aquí y ahora: disfrutar del momento presente.
Por último, te diré que hagas lo que hagas, céntrate en el momento presente y disfruta plenamente de él. Conseguirás saborearlo con mayor profundidad que si estás pensando en mil cosas.
Si estás trabajando, zambúllete totalmente en tus tareas y disfruta de cada paso que das, incluso aunque sea el más aburrido de todos los que componen tu día a día.
Y si estás de vacaciones, como muchos lo están en esta semana estival, sumérgete en tu descanso, en tu tiempo de relax y disfruta profundamente de todo lo que tienes a tu alrededor, diferente a lo habitual y aparca el trabajo por unos días.
Tu familia, tus hijos, tu pareja, tus amigos, seguro, te lo agradecerán…