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25 Nov 2011

¿Trabajador anónimo o profesional reconocido?

Trabajando en las organizaciones observo, en general, las actitudes que generan los diferentes climas laborales.

Es curioso el hecho de que la empresa refleja aquello que su líder es.

Si un líder es innovador, la innovación es lo que se respira en la empresa; si es desorganizado, con desorganización percibiremos al resto de la organización; si planifica mal el tiempo, todo el mundo andará con prisas; si se automotiva, la organización estará motivada; y si actúa como un trabajador anónimo, todos sus colaboradores tendrán ese halo de anonimato que lleva aparejada, en casi todos los casos, una férrea permanencia en la zona de comodidad.

La proactividad se define como la capacidad de elegir la actitud que tomo ante las circunstancias que me acontecen en la vida. Aquello que no podemos cambiar porque, simplemente, ocurre, las circunstancias, representan el 10% de nuestra vida. Ese 10% es incontrolable, acontece y punto. Sin embargo, el 90% restante, corresponde a la actitud que nosotros elegimos para reaccionar ante esa circunstancia que ha acontecido. Ese 90% depende de nosotros. Y nuestra responsabilidad es asumir las consecuencias que se produzcan de la elección de nuestra actitud.

El gran problema de una sociedad como la actual, donde reina la incertidumbre y se instala el miedo, es que nos empequeñecemos y nos instalamos en el centro de la zona de comodidad, poniendo, en manos ajenas, nuestra felicidad. Y esto nos lleva a empequeñecernos más.

En las organizaciones se puede observar exactamente lo mismo. Los trabajadores se instalan en la diana de la zona de confort y se convierten en trabajadores anónimos, castrando el desarrollo de su propio talento y de su propio potencial.

Y si eres un trabajador anónimo, ¿qué impedirá a la organización prescindir de ti si fuere necesario?

Si eres un líder anónimo al frente de una organización ‘anónima’, ¿que les impedirá a los clientes cambiar de organización?

Son momentos de elección, son momentos de dejarse de anonimatos y convertirse en profesionales reconocidos, en organizaciones de referencia, convirtiéndose en protagonistas de cada situación. Son momentos de abandonar esa zona de comodidad y arriesgarse a hacer las cosas diferentes.

En el caso de los trabajadores, son momentos para hacer percibir lo que la organización pierde si deja de contar contigo, buscando el valor diferencial que tú y sólo tú aportas a la organización, aquello que si la organización lo perdiera, perdería un gran valor.

En el caso de las organizaciones, son momentos para ser creativas y hacer cosas diferentes que mantengan enamorados a sus clientes, son momentos para hacer vivir experiencias al cliente y generar una asociación de la marca con la experiencia vivida por él.

Trabajadores y organizaciones podemos elegir la actitud que queremos adoptar en esta sociedad cambiante y rodeada de incertidumbre.

Tú, trabajador o tú, organización podéis elegir si ser anónimos o reconocidos. ¿Qué eliges?

Carolina Hernández

admin

Mis valores son la flexibilidad, el respeto y la comunicación. Consultora, Formadora y Coach en coaching organizacional, desarrollo de habilidades de dirección y comunicación interpersonal y organizacional. Me entusiasma acompañar en las transformaciones de las personas y las organizaciones a través de la consultoría y la formación.

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