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08 May 2012

No expectativas, no frustraciones….

Uno de mis lemas favoritos en la vida…

La mayoría de los problemas entre las personas derivan del incumplimiento de las expectativas que nos creamos en ocasiones.

Par mí, existe una diferencia profunda entre:

  • Objetivos: hitos cuya consecución depende de mí y de mis capacidades.
  • Expectativas: hitos en los que entran a formar parte lo que hagan terceras personas para su consecución.

Cuando defino adecuadamente mis objetivos (siendo estos específicos, alcanzables y medibles), con mucha probabilidad los conseguiré.

Si lo que defino en mi vida son expectativas, estaré haciendo a los demás los responsables de su consecución.

Y si pongo mi felicidad en manos de terceros, lo que puede ocurrir es que no llegue a conseguirla…

Y… ¿es esto lo que quiero?

¿Qué ocurre cuando no cumplo mis objetivos?

Los replanteo y vuelvo a empezar porque dependen de mí mismo, de mis habilidades y de mis capacidades.

¿Qué ocurre cuando no cumplo mis expectativas?

Me frustro y responsabilizo (generalmente culpabilizo) a los demás de su incumplimiento.
Y aquí es donde sobrevienen los problemas.

¿En qué medida puedo yo exigir a los demás que hagan lo que yo quiero que hagan?

En ninguna. Yo no tengo el derecho de exigir que alguien haga algo (salvo si alguien se compromete conmigo a algo y me otorga el derecho de exigirle que cumpla sus compromisos). De lo que sí tengo el derecho es de tomar decisiones. Si hay algo que no me gusta en una situación, tengo el derecho de decidir si quiero continuar dentro de ella o no.
Esta decisión provocará un cambio. Y este cambio provocado por mí, provocará, inevitablemente cambios en mi entorno.

Si tomamos consciencia de este hecho, viviremos una vida más tranquila y relajada. Dejaremos de culpar a los demás de nuestros males y tendremos un sentimiento más profundo de libertad. Por tanto, nuestro nivel de autoestima mejorará considerablemente y nos convertiremos en personas más equilibradas y más felices.

¿Cómo se puede conseguir este equilibrio?

Las tres habilidades que una persona puede desarrollar para conseguir ser más feliz son:

  • La empatía: en el sentido de ser capaces de comprender al otro aunque no estemos necesariamente de acuerdo con él.
  • La asertividad: en el sentido de que yo tengo unos derechos (desde los que puedo establecer mis límites), que llevan aparejadas unas obligaciones para con el otro (el deber de respetar las decisiones y límites del otro).
  • La proactividad: en el sentido de que yo elijo cómo sentirme en cada momento, ante cada circunstancia que la vida me pone delante.

Como diría algún alumno mío, se trata de “las tres magníficas”, refiriéndose a las tres habilidades que, adecuadamente desarrolladas y combinadas, nos permiten recorrer mejor los recovecos de nuestras vidas.

Os animo a reflexionar sobre ello y a que me comentéis vuestras impresiones…

Yo voy a marcarme unos objetivos…

Carolina Hernández

admin

Mis valores son la flexibilidad, el respeto y la comunicación. Consultora, Formadora y Coach en coaching organizacional, desarrollo de habilidades de dirección y comunicación interpersonal y organizacional. Me entusiasma acompañar en las transformaciones de las personas y las organizaciones a través de la consultoría y la formación.

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