Las 10 cosas que más preocupan a las personas
Analizando diferentes fuentes para preparar este post, así como analizando los diferentes objetivos por los que una persona acude a terapia o a realizar un proceso de Coaching, podemos encontrar denominadores comunes y definir cuáles son las cosas que más les preocupan a las personas.
Una de las cosas que aparecen en primer lugar es el miedo a la enfermedad y el miedo a la muerte.
El miedo a la enfermedad surge cuando pensamos que nos podemos poner enfermos o cuando realmente lo estamos. En el primer caso es sufrimiento en balde, puesto que estamos sufriendo mientras pensamos que puede ocurrir algo. También se llama estrés anticipatorio porque nos llegamos a estrenar totalmente por cosas que nunca llegarán a ocurrir. La forma de cambiar este pensamiento positivo es prevenir, más que preocuparse. Es decir, ocuparse en estar sanos, más que preocuparse: hacer deporte, comer sano, reírse mucho… realizar todas aquellas actividades que afectan positivamente a nuestro organismo.
Una vez que la enfermedad nos acompaña, lo mejor es aceptarla y vivir con ella de la mejor manera posible.
Y con respecto a la muerte, el miedo es otro sufrimiento en balde, puesto que cuando nos morimos, el sufrimiento deja de existir. Y pensar demasiado en este paso de nuestra vida (porque que nos llega es la única certeza que tenemos en nuestra vida) supone dedicar mucha energía a algo que no podemos cambiar.
La felicidad es otro de los temas que más preocupa a las personas.
Dedicamos parte de nuestra vida a la búsqueda de la felicidad.
En muchos casos nos encontramos a personas que buscan la felicidad en aspectos externos a ellas… cosas materiales como dinero, un coche excelente, una casa grandiosa, el reconocimiento, la fama… son anhelos de muchas personas para encontrar la felicidad.
Y sin embargo vemos cómo personas que tienen todo esto y más, no son felices o se suicidan… Quizá debemos empezarnos a plantear que la felicidad no es extrínseca, no está fuera de nosotros, sino que es intrínseca y sólo la podremos encontrar en nuestro interior.
La seguridad económica, tercera cuestión que preocupa a las personas.
Si bien el dinero en sí mismo no es la vía para llegar a la felicidad, la seguridad económica sí es algo muy importante para las personas en general. Todo individuo necesita una cantidad de dinero suficiente para cubrir sus gastos y guardar un poquito en la caja del ahorro. A partir de ahí, el dinero deja de perder interés como tal.
Puedo comprobar en muchas empresas cómo los directores generales creen que el mayor elemento de motivación es el dinero y, sin embargo, cuando preguntas a la gente, anteponen cosas como la conciliación de la vida personal y laboral, disponer de más tiempo libre o que reconozcan su trabajo por encima de un incremento de sueldo.
Si nos fijamos bien, ya nos decía Abraham Maslow que había una serie de necesidades que el ser humano necesitaba cumplir.
Y siguiendo en este hilo, el sentido de la existencia es otra cuestión que le importa a las personas.
¿Para qué estamos aquí? o ¿qué hemos venido a hacer a este mundo? se llevan muchas horas de reflexión de muchas personas.
En este sentido, el otro día escuché a alguien comentar que cuando encontró el propósito de su vida, lo sintió en todas las células de su cuerpo. Y esto tiene que ser muy espectacular. Puesto que nos enseñan en la vida que tenemos que estudiar para tener un buen trabajo, que tenemos que hablar idiomas para entendernos mejor en otros países, que tenemos que…….
Desde mi punto de vista, a la educación le falta centrarse en la pasión. Si a los más pequeños les enseñáramos desde el principio a que encontraran aquello que les apasiona y que les hace entrar en estados de flujo, de fluidez… eso que les sale solo y que viéndoselo hacer, la cosa más compleja parece fácil… Si centráramos nuestra educación en eso, la búsqueda del sentido de la vida disminuiría considerablemente.
Porque encontrar nuestro propósito en la vida provoca que sintamos cuál es el sentido de nuestra existencia.
La soledad, otra importante cuestión que preocupa a las personas.
El individuo es gregario por naturaleza, la soledad no está hecha para ser vivida continuamente.
Tanto jóvenes, como mayores debemos buscar actividades para hacer para no sentir esa soledad no deseada.
A los jubilados les invito a que vayan a manualidades o a que inicien estudios, algo que tenga que ver con el conocimiento y con relacionarse con los demás. Su cerebro se lo va a agradecer enormemente y se van a sentir más vivos y con más fortaleza interior.
Los valores como la ética, la justicia o la compasión, el amor o ser buen padre son algunas de las cuestiones adicionales que también preocupan a las personas porque, en muchos casos, se piensa que se han perdido.
Recuperar la fortaleza que esos valores aportan al individuo es fundamental para caminar mejor por nuestra vida.
Como conclusión…
Siempre hay algo que podemos hacer para que aquello que nos preocupa, deje de hacerlo. Así que lo importante es ponerse en acción y comenzar a hacer cosas que nos quiten de encima las preocupaciones sin sentido.