BLOG

13 Oct 2020
Aulas emocionales

Aulas emocionales en los colegios: por qué son necesarias.

El sistema educativo actual se ha quedado corto para las necesidades que tienen los niños y adolescentes hoy. Máxime tras el estado de pandemia que, desgraciadamente, estamos viviendo y que ha afectado tanto a la educación y a las escuelas.

En una sociedad marcada por el exceso de información, la multitarea y la inmediatez, existe un sistema educativo que sigue los parámetros de los últimos 40 años y pretende mantener a los alumnos quietos y sentados en un aula durante 8 horas al día. Las aulas siguen preparadas para ello, con pupitres y sillas ordenados en fila en la clase.

En esos mismos 40 años, la sociedad ha experimentado un cambio radical y, sin embargo, la educación se mantiene con los mismos parámetros.

Otro aspecto importante es que la educación se centra en la parte cognitiva del ser humano y no trabaja específicamente la parte emocional.

 

En general, no existe educación emocional en los centros escolares.

 

Y esa falta de educación emocional, unida al intento de parálisis durante 8 horas provoca las situaciones, en muchos casos desagradables, que estamos viendo en muchos centros escolares.

Tanto los padres como los profesores tienen, en muchos casos, carencias en cuanto a educación emocional, una asignatura que está tomando cada vez más relevancia para poder conseguir hitos y objetivos.

De hecho, algunos colegios ya están comenzando a plantearse la necesidad de contar con un aula emocional que trabaje con niños y adolescentes desde otras perspectivas diferentes a las actuales.

Las ventajas de las aulas emocionales en los centros escolares son múltiples y muy interesantes.

 

Ayudar a entender a la sociedad actual.

 

En primer lugar permite abrir la mente y comprender qué está pasando por la cabeza de los niños y adolescentes en la actualidad. 

La sociedad ha cambiado y, aunque todos hemos sido niños, algunas formas de pensar o algunas motivaciones se nos escapan. La inteligencia emocional nos permite comprender qué piensan y sienten para poder ofrecerles aquello que necesitan para su correcto desarrollo.

 

Apoyar y complementar la educación tradicional.

 

La educación convencional se centra en la parte más cognitiva del cerebro. Sin embargo, en el mundo profesional, cada vez está más claro que se necesitan profesionales que sepan gestionar las emociones propias y las de sus equipos, incluso en puestos de baja responsabilidad. 

Los procesos son relativamente fáciles de definir (parte racional), pero la puesta en práctica de los mismos depende de las personas que los tienen que realizar, personas que poseen resistencias psicológicas al cambio y con las que hay que trabajar la parte emocional para que acepten los cambios con mayor facilidad y los procesos y procedimientos se implanten con mayor facilidad.

 

Devolver valores emocionales que se nos han olvidado.

 

La vorágine del día a día nos come. El tiempo se evapora entre nuestros dedos y dejamos para el final lo verdaderamente importante. Nos ponemos a hacer y nos olvidamos un poco del ser. 

Las aulas emocionales permiten parar en este hábitat repleto de frenética actividad. Permiten dedicar un tiempo a reflexionar, buscar en el interior de cada uno y fortalecer aquellas cuestiones que de verdad son importantes.

 

Dotar a padres y profesores de conocimientos relacionados con la inteligencia emocional.

 

Los padres y profesores se encuentran, en muchos casos, con falta de recursos para motivar a los más pequeños, para gestionar las emociones que aparecen de forma clara cada día. 

En su momento, la educación emocional no era importante, se aprendía de otra manera. Pero hoy, por hoy, la educación emocional en los colegios se hace una materia imprescindible si queremos sociedades evolucionadas y adaptadas a las necesidades de la vida actual.

 

Enseñar a los más jóvenes habilidades que serán muy necesarias en su futuro personal y profesional.

 

Los más jóvenes no tienen todavía la conciencia de qué habilidades van a necesitar en el futuro. Ellos están obligados a confiar en un sistema en el que no creen.

En las empresas, hoy se mide por igual la actitud que la aptitud. E incluso la actitud comienza a ser más relevante. Aspectos como la curiosidad hacia el aprendizaje, la creatividad, la empatía, la asertividad o la flexibilidad son actitudes cada vez más demandadas en el mundo profesional.

 

Como conclusión…

 

La iniciativa de desarrollar aulas emocionales en los colegios es algo que se está comenzando a producir y que, además, es absolutamente necesario.

admin

Mis valores son la flexibilidad, el respeto y la comunicación. Consultora, Formadora y Coach en coaching organizacional, desarrollo de habilidades de dirección y comunicación interpersonal y organizacional. Me entusiasma acompañar en las transformaciones de las personas y las organizaciones a través de la consultoría y la formación.

Escribe tu comentario