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21 Sep 2020
El bienestar puede cultivarse

¿Cómo puede cultivarse el bienestar?

El período otoñal es perfecto para plantearse reflexionar sobre cosas que la vorágine del día a día del trabajo nos obliga, en ocasiones, a posponer una y otra vez. Hace más frío y estamos más tiempo en casa.

Pudiera parecer que el bienestar personal se produce cuando todo está en orden a nuestro alrededor…. cuando en el trabajo estamos a gusto, cuando en la familia todo va bien, cuando con nuestros amigos todo fluye… Y, sin embargo, con esa creencia estamos dejando la responsabilidad de nuestro bienestar a nuestro alrededor. Por tanto… si a nuestro alrededor algo va mal, nuestro bienestar se verá afectado.

 

Propongo una reflexión… ¿Cómo puedo mejorar mi bienestar personal, incluso aunque algo no vaya bien a mi alrededor?

 

En primer lugar hemos de centrarnos en trabajar sobre nuestro bienestar mental. ‘Somos lo que creemos que somos’, por tanto trabajar nuestras creencias, modificar aquellas que nos limitan y frenan nuestro bienestar y ampliar perspectivas para pensar de una manera más potenciadora para cada uno de nosotros es una vía para mejorar nuestro bienestar.

Por otro lado, si tenemos en cuenta que el bienestar mental es un conjunto de habilidades que susceptibles de aprenderse y cultivarse (según el psiquiatra americano Richard Davidson), elegir hacer algún tipo de deporte o practicar la atención plena al momento en el que estamos (aquí y ahora), podemos mejorar nuestro bienestar mental de una manera muy sencilla.

De hecho y aunque no siempre fue así, hoy por hoy, la neurociencia dialoga con facilidad con el budismo, ya que se han realizado experimentos que determinan las bondades de la meditación para el cerebro humano.

 

Aunque la palabra meditación puede aún sonarnos como algo esotérico, no es más que un conjunto de estrategias que permiten a una persona familiarizarse con su propia mente. 

 

Si en este punto nos paramos un momento a pensar en cuántas ocasiones tenemos ideas que circulan por nuestra cabeza de manera recurrente, nos daremos cuenta de que le damos, en muchas ocasiones, demasiada importancia a cosas que realmente no la tienen. ¿Nos gustaría encontrar una técnica que nos permitiera librarnos de esos pensamientos? La meditación es una puerta de entrada a la regulación, al sosiego y a la relatividad de nuestras ideas y pensamientos recurrentes negativos.

 

Ahora bien… ¿qué es meditar?

 

Existen muchas formas de meditar más o menos avanzadas.

Un doble camino de entrada es la respiración y centrarse en el momento presente.

Respirar consciente y profundamente nos abre la puerta a estados más relajados de nuestra mente y de nuestro cuerpo. Una simple respiración profunda y consciente durante 3-4 minutos.

Y enfocarse en el momento presente nos impide pensar en el pasado y en el futuro, por lo que nuestras ideas recurrentes se disipan en nuestra mente para dar paso a lo que ocurre en el momento actual.

Perdemos bienestar cuando estamos pensando en lo que tenemos que hacer después o en lo que no hicimos antes, pero si nos centramos en lo que hacemos ahora, nos permitirá saborear y disfrutar del momento presente. Y es realmente fácil cambiar el chip y poder hacerlo.

Hacer estas simples cosas nos permitirá disminuir el estrés que acarreamos, reduce procesos inflamatorios de nuestro organismo, mejora nuestra capacidad de atención y se regulan mejor nuestras emociones.

 

¿Cuánto tiempo le podemos dedicar a respirar?

 

Tan sólo unos minutos al día para ir comenzando. Y, a medida que percibamos los efectos positivos en nuestro cuerpo y nuestra mente, podemos aumentar gradualmente hasta el tiempo en que nos sintamos bien.

Y enfocarse en el momento presente, cada vez que nos demos cuenta de que nos hemos marchado de viaje al pasado o al futuro… : )

 

¿Qué significa respirar profundo?

 

La respiración profunda permite llenar todo nuestro circuito respiratorio. Podemos respirar de tres maneras diferentes: hasta la clavícula (llenamos poco nuestro circuito respiratorio), hasta el tórax (medio llenamos nuestro circuito respiratorio) y hasta el abdomen (llenamos totalmente nuestro circuito), cuando al respirar nuestra barriga se hincha y se deshincha como si tuviéramos un balón dentro.

Cuando llenamos totalmente nuestro circuito respiratorio (es decir, realizamos respiración abdominal), lo que estamos introduciendo es más cantidad de oxígeno en nuestro cuerpo a través de la respiración. Y con esa cantidad de oxígeno mayor esparcida por nuestro torrente sanguíneo, nuestros órganos internos se oxigenan más y funcionan mejor.

Propongo hacer este ejercicio de respiración abdominal tumbados o buscando una posición cómoda y con la espalda recta.

En unos días, sólo con respirar de forma diferente, notaremos mejorías en nuestro bienestar mental y físico.

 

La clave no está ahí afuera, sino más bien dentro de nosotros.

 

Con pequeños pasos se alcanzan grandes resultados. Un poquito de centrarse en uno mismo en este período estival y a disfrutar totalmente del verano.

admin

Mis valores son la flexibilidad, el respeto y la comunicación. Consultora, Formadora y Coach en coaching organizacional, desarrollo de habilidades de dirección y comunicación interpersonal y organizacional. Me entusiasma acompañar en las transformaciones de las personas y las organizaciones a través de la consultoría y la formación.

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